Querido Tío Manuel:
Ya estando tú delante del Padre, en la casa de reposo de las almas, y nosotros esperando alcanzarte después de nuestro tiempo asignado, te recordaremos con amor y con cariño filial. Un hombre de alma bella, imagen del amor paternal, amable por todos los gratos momentos que pasamos contigo. Como en vida, para nosotros siempre estuviste en la distancia de fronteras, pero cercano en lo interno de la sangre y la unión familiar; ahora que descansas de todos tus trabajos y tus días, frente al eterno rostro de la Felicidad celeste, estás lejos de nuestra condición terrenal, y sin embargo, cercano por vivir ya junto al único Amor y Descanso.
Este no es un adiós, sino un hasta luego.
Nos veremos junto al Padre.
